¿Y usted me vino a buscar?

¿A dónde me lleva?

¿A la cuna de sus ojos?

Pues de ser así, usted sería los pétalos de la luna,

volando hacia mi vida,

haciéndome beber de su jugo místico,

de sus risas hechas lágrimas,

del elixir de su alma.

Como el lenguaje de los bebés,

como el suspirar de sus noches sin temores.

Tal cual el sismo tenue que parece el respiro del mundo cada madrugada,

o como el ligero viento de una tarde solitaria,

mientras el sol asoma sus ojos por última vez.

Como todo eso soy,

soy como tú y como el que nazca de ti y de mi, y del amor!

Y que de ti saque la sonrisa, y los ojos, y el perfil angelical,

e incluso esas manos de marfil, tan delicadas tus manos!

Y que de mi saque el amor por el cielo estrellado, por las hojas, y por ti.

Yo soy tu pájaro cantor, tu melodía nocturna,

tu canción serena al despertar.

Eres tú la fuerza con la que muevo el lápiz,

eres tú el sonido perfecto que despierta al mundo cuando el sol abre los ojos.

El tiempo corre tan rápido.

Estoy tan feliz.

Y ya se acabó?

Son tan cortas las buenas historias; son tan pocas las que llegan de verdad, tan cortas que son (...)

"OH si! él se servía del viento lleno de tierra para verter en el pasto el puñado de perlas que cada noche le robaba al rey: Su rey?

OH si! él se servía del odio de su esposa para disfrazarse de víctima y esconder bajo la almohada el más tímido de sus deseos:
Y el suyo cual es?

El rey, una buena esposa (o es esposo? o es el perro?) no entendía como era posible la soledad tras las sábanas, y cada noche era in-feliz, y cada día compraba perlas nuevas, estaba tan convencido de su desorden.

La esposa víctima, obligada a ser verdugo y por pura incertidumbre. Es que él invertía siempre los papeles.

Y que usted no se muere de la duda?

Que el Rey sea la musa, no quiere decir que el hombre tenga malos hábitos, no quiere decir que tape sus culpas. Es que jamás supieron como hablarse "


Tan cortas que son las historias? A mí ahora me parecen largas, majaderas, ricas en cuanto a la dulzura de su realidad amarga: la vida, el mundo. Quién soy?