Qué tremendo es tratar de escalar lenguas nuevas,
caminar en una tierra tan usada,
beber salivas tan secas...

Yo he sido la síntesis de conflictos
i
  n
    c
       o
           he sido el nexo entre la muerte y la tristeza de no encontrarla
             e
          r 
       e
     n
   t
   e
   s

He sido un pelo en la lengua,
una herida que no duele
porque se esconde a los ojos,
una herida que pica y que grita...

He sido encontrado sangrando
a la mitad de la vida,
enfermo de injusticia...
agoniza mi sexo en las llamas
de la distancia.

Tengo el corazón negro
y la legua de piedra,
puede ser que existan sentidos
más visibles que otros,
quién sabe si la saliva del diablo
es la cura a la normalidad asesina...

Los dobles rostros son el camino de esta era.

Allá va la libertad,
abusando de todo lo que puede,
serpenteando entre egolatrías,
en los brazos de algunos
que aprendieron a tragar el fuego.

Los cerdos camino al cielo,
van dejando mierda en la boca
de los que están sin tapujos
recibiendo la vida misma,
desnudos sobre hogares invisibles,
sin tierra
              y
                  sin cielo.

OH! Poetas inconscientes!
están ahí desangrándose,
tratando de dibujar sobre esta realidad poco sincera,
con la espalda descubierta,
que tristeza...
que tristeza...

Yo y los que sobran
miramos desde aquí,
sin decir...
sin trazar verso alguno,
sin enjuiciar amablemente,
caminando sin pies
sobre esta tierra usada,
nadando en un océano seco,
con la piel ausente,
con la sonrisa exorcizada.

Las furias vienen
caminando sobre una serpiente,
hay  cuerdas copulando con nuestros cuellos,
el destino es,
nosotros no.


Justamente las sensaciones nuevas son las mismas de antes, las que algunas fueron detonantes, "iniciadoras", las fundadoras de la vida y de la miseria. Yo no soy ninguna paradoja ambulante, ni mucho menos un caminante ciego; soy la ceguera tal vez o la vergüenza humana buscando ironías para defenderse de sí mismo.



Necesito un beso suicida que me incendie y me lleve al origen,
una pérdida imperceptible,
una vida absurda,
un espacio en el tiempo-incoherente-,
                                                          tengo miedo.

La sequía no pierde tiempo,
voy bebiendo de la huellas...
voy lleno de temblores a esconderme a la vista de todos,
no quiero que vengan a buscarme,
pondría mi lengua en un cielo de espinas,
mi sexo en el torrente de hielo que baja por mi espalda.




Yo que soy pájaro de mal agüero, intelectualoide con el alma a punto de ser empalada en algún infierno artificial. 

Últimamente me he dedicado a buscar culpables. Y los he encontrado. Resulta ser un ejercicio para el nacimiento de la ira y el control del amor, paradoja estimulante diría quizás Julio ( me declaro culpable de la imprudencia recién cometida)


Pienso en las que están naciendo hoy, 
en las que están pariendo,
en las que se van 
y en las que están muriendo sin aun dejar el cuerpo... 

No han dejado de estar ni un solo segundo en la cumbre de  un cerro olvidado,
dibujando atardeceres sangrientos y partos de fuego,
han dejado en esta tierra maldita las huellas más hermosas,
el legado único de la vida que sale de un pecho,
el acto sublime...
la sangre que escapa de la vida y se posa en el cuerpo nuevo.

Y ahora salgo al mundo, 
observando cada detalle 
cada superficie,
y no encuentro mucho más
que ego masculino trotando en las calles
de nuestro mundo.

Este es mi mundo,
soy un hombre hecho y derecho,
lloro a escondidas,
amo a mi madre
en secreto,
a escondidas soy la copia fiel de la decadencia.
                                                                                  Que vergüenza siento de mi género.