Yo que soy pájaro de mal agüero, intelectualoide con el alma a punto de ser empalada en algún infierno artificial. 

Últimamente me he dedicado a buscar culpables. Y los he encontrado. Resulta ser un ejercicio para el nacimiento de la ira y el control del amor, paradoja estimulante diría quizás Julio ( me declaro culpable de la imprudencia recién cometida)


Pienso en las que están naciendo hoy, 
en las que están pariendo,
en las que se van 
y en las que están muriendo sin aun dejar el cuerpo... 

No han dejado de estar ni un solo segundo en la cumbre de  un cerro olvidado,
dibujando atardeceres sangrientos y partos de fuego,
han dejado en esta tierra maldita las huellas más hermosas,
el legado único de la vida que sale de un pecho,
el acto sublime...
la sangre que escapa de la vida y se posa en el cuerpo nuevo.

Y ahora salgo al mundo, 
observando cada detalle 
cada superficie,
y no encuentro mucho más
que ego masculino trotando en las calles
de nuestro mundo.

Este es mi mundo,
soy un hombre hecho y derecho,
lloro a escondidas,
amo a mi madre
en secreto,
a escondidas soy la copia fiel de la decadencia.
                                                                                  Que vergüenza siento de mi género.




2 comentarios:

Julie dijo...

Pero siéntete orgulloso de las cosas bellas que te visten, no de los ropajes, sino del más hermoso traje, la esencia.

Jana. dijo...

Nuestros vientres llameantes.

Hermoso texto, Fa. Creo no contar con la facultad de agregar algo más a lo que escribiste y lo que, de seguro, sientes.

Un abrazo lleno de ''esperanza'' y enorme para ti.
Saludos gigantes.

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