Yo recuerdo que me acordaba...
ahora soy espejo ardiente de un pasado impreciso,
la flor sangrando en la boca de otros que fueron yo
en mi niñez,
en mi juventud que aun no acaba
pero que de pronto parece un lejano espejismo.

Se que tengo los pies sobre suelo firme,
y la cabeza bajo un universo conocido,
se también que tengo un nombre que no reconozco,
soy la piedra que se estrella en las ventanas del futuro,
y que vuelve en la noche
empapado de ira y de amor,
a dormir aquí,
si,
aquí donde nací,
fruto de un amor fugaz
que se eternizó en circunstancias desconocidas.

Como amo el misterio de los otros.
Como amo no saberme
y extrañarme cuando quiero recordarme.



Me dicen que es así la vida,
con ojos tan sabios
que llego a llorar
de la risa,
pero actúo,
actúo bien,
porque no se me olvidan las normas
y mucho menos la cortesía,
por eso muevo la cabeza asintiendo lentamente,
con los ojos entreabiertos
diciendo únicamente "mmm",
y luego,
vienen los abrazos
y los clichés...

Yo se bien que decir cuando estoy
del otro lado,
es todo un ritual,
no me extrañaría que con la evolución,
próximamente,
en lugar de lágrimas,
abrazos y discursillos copiados de libros de autoayuda,
quizás nos consuele un muro recolector de tristezas,
una máquina emocional...

Pero no,
tal suerte no existe,
y si existiera
no la gozaríamos nosotros,
raza maldita:
hipócritas todos,
sonriéndole a la vida,
llorando muertes ajenas,
pro vida,
pro paz,
asesinos por naturaleza,
los caminantes resignados.


Tengo aquí un poemita
sencillo,
un pedazo de lengua
que va a ser hablada por pocos,
que va a ser un pedazo más
de tantos que se me han perdido.

Yo soy más mortal que muchos,
soy culpable de crímenes
que desconozco,
de niños y lágrimas,
de mujeres hambrientas,
de hombres humillados,
de mundos paralelos viviendo
en la ironía de la vida,
soy culpable porque hablo,
porque pierdo mi lengua
porque asiento y acepto,
soy autor de crímenes que nunca he visto,
de ciego, de iluso, de idiota,
por
    eso
         soy
               culpable.


No hay verso digno de tu boca,
la poesía muere ante ti,
tengo tanto que decir
y tan poca vida
tan poco espíritu,
cara bonita,

errática y libertina,
me entras por los ojos,
por la boca,
por las manos,
por la sangre,
entras iracunda
sonriente,
sublime!
ojitos de noche lluviosa,
la poesía muere ante ti,
tengo tanto que decir,
pero mi lengua
es únicamente para la tuya.







Te amo tanto.
Caminé por la ruta "cataléjica",
estoy viviendo el regreso
y muriendo la ida,
caminé entendiendo
la intrascendencia de lo trascendente
y caí en un océano metafísico,
paradójicamente bello,
astutamente (por ellos) atroz.

Soy carne y huesos,
imaginador perfecto,
se que es padecer de sed
viviendo en el océano.

El hoy -existe- vive en la muerte
constante-amante perfecta- y
mal vista,
mi mirada artificiosa
no decodifica artificios naturales,

La ruta "cataléjica",
el nacimiento en la lejanía,
todo este universo tan finito
une sus hebras
y ahorca a los que merodean.

Aves libertinas!
serán sus plumas el amuleto universal,
parirán los vientres una era emotiva,
una galaxia negativista,
"soy utilidad sin precio,
el servicio deficiente,
soy la cifra roja,
soy los pasos ganados,
caminador sin rostro,
hijo del catalejo
y la naturaleza artificiosa"

Parirán los vientres
la sangre negra
de un universo
libre.
Tengo el aroma del delito
en la punta de mis dedos,
en algún futuro seré
el perro arrepentido,
la figura satírica de un pasado...

El ciclo vital
le llaman,
yo
me declaro incompetente.

Manuscrito encontrado en el infierno

"La lluvia debe ser
hermosa
con techo
y abrigo."
I

Dónde fue mi inocencia,
la imaginadora de espectros
y ojos rojos
en las ventanas negras,
en madrugadas de infancia...(?)

II

Sigo aquí,
sentado en el mismo suelo,
comiendo de la misma tierra,
le ruego al cielo y al que no me hizo,
le pido a mi almohada
y a los gatos que aun no llegan a vivir conmigo
y de mí...
le imploro a quien me escuche...
Sigo aquí,
y de mi boca salen quejas mudas,
ruegos sin peticiones,
soy alma codificada en mala era,
soy el que he hecho de mi mismo.

III

Necesito un amuleto,
una piedra sagrada,
necesito una fe que no necesite fe.

IV

Mañana vuelvo a viajar,
20 minutos en un vagón,
la vida se desecha al mismo tiempo,
cien caras mirando un vacío
lleno de otras caras,
doscientos pies pisando el mismo suelo,
cien alientos copulando entre si,
doscientas manos que no se sienten,
cien corazones,
cien pasiones,
se abren las puertas,
mil codazos,
empujones,
-estamos tan apurados!-
esta era está podrida hermanos.


V

El inevitable deterioro,
el tiempo irreductible...
¿para qué tanto apuro
si la muerte viene volando?
Tengo cuidado con los que no miran,
a esos los dibujo y los lloro
en papeles de carne, soledad y humanidad pura.
¿Por qué no miran hermanos?
¿Por qué no ponen sus ojos en otros dolores?
No se desesperen,
la muerte viene volando,
viene a buscarnos a todos,
miren!
mírenlos!
mírennos!
-mírame!-
20 minutos después,
uno de los cien no está más,
y yo sigo aquí,
dibujando con sangre
en un pecho de fierro
tengo frío,
frío,
frío...

VI

Ahora,
¿Quién se ríe?

VII

La noche cuelga del cuello,
tiene un ojo en el infinito
y el otro aquí,
en esta tierra...
y nadie ríe,
nadie mira a la agónica madre,
mañana, mañana, mañana!
el futuro!
el porvenir!
nadie mira a la agónica madre,
mañana,
el madrugar y el deber,
los ojos están cerrados
pensando en el mañana,
y nadie mira a la agónica madre.











Te siento venir,
caliente y fría,
paradójica como has sido siempre,
vienes reptando llena de espinas,
con la lengua dulce y
los labios amargos...

Vienes lentamente a renacer en mi boca,
vienes a darme ese beso maldito,
tú, maldita...
has asesinado mis lágrimas,
te devoraste las furias que cultivé por tantos siglos,
te coronaste la reina de cualquier dolor,
y eso eres,
el dolor hecho verso,
la perdición,
la miseria que no me deja ir al encuentro con la muerte.

Serías perfecta si fueras el todo,
poesía,
OH! poesía,
AY! poesía,
serías perfecta si tuvieras la vida que algunas vez tuviste,
pero estás distante,
tan muerta.
Me voy a cortar la lengua,
así que estas serán las últimas palabras que de mi salgan,
antes que la desgraciada vuelva a crecer.

he visto como se ha transformado todo,
he sentido la tristeza y la alegría a través de un cigarrillo,

Soy el hombre más débil de esta existencia,
piedra que llora agua,
piedra que pide leche materna
piedra blanda,
pedazo de vida en manos de la muerte,

debería retirarme en silencio,
pero he decido ser terco y orgulloso,
he optado por volverme un monstruo antes de morir,
-¿y alguien sabe si voy a morir?-

Estoy cantándole a la exageración,
a la lluvia de sangre,
a lo fatal,
estoy sentado en el borde de una ventana,
con el viento frío en la cara
y los pies mojados,
tengo la conciencia tan limpia
que incluso la gravedad me rechaza,

-"debería retirarme en silencio"-
lo he dicho alguna vez,
en un pasado cercano,
-¿dónde habré dejado mi lengua?-
lo voy a decir pronto,
tan pronto...

El cielo negro más tus ojos,
la respuesta a la pregunta que jamás se ha hecho,
yo y el inevitable fatalismo,
yo
yo
yo,
el cielo negro y yo,
la respuesta y yo,
yo mirando fijo,
yo sin lengua,
yo sin yo.