Jeremy spoke in class today


Y realmente, cuál podría ser la cura? 
Seguir así, paso a paso, sin caminar, claro está(...) pero a paso a paso. O quizás, estancarse en algo, poner la otra mejilla y trabajar humildemente como buen cristiano. El abismo es tremendo, y nosotros somos muy pequeños como para sobrevivir a la caída...


Es curioso saber tanta cosa sin haber vivido más que el maravilloso mundo de las aulas, años y años.


Yo no me echaría a morir ahora, porque de ahí vienen las empresas. 




Voy a volarme la cabeza,
cada día que me resta, 
mientras pueda.


Voy a nadar en el sexo de mi ira,
en la sangre dulce de la venganza
y en el mundo perdido,
en la caverna inexistente,
en la zuela de mis zapatos,
al lado de los pedazos de mierda. 









Detrás de las cáscara, de la piel humana, y de la tonelada de escudos...ahí está, ahí estoy y ahí estamos tantos. 

Seguramente las proyecciones que salen de mi boca y de mis ojos dibujan día a día un esqueleto de hombre, una figura cuerda y distante(...) Quién sabe de donde vengan ustedes: los sangrientos de aliento azul.
Yo estoy aquí, hace siglos, mirando el cielo, casi siempre de noche y con el escalofrío partiéndome lo que me queda de espalda. Que lástima sería abandonarlos ahora, aunque debería, ustedes son crueles, son tan fríos, tan duros conmigo...pero me abrazan tan fuerte, que sería una tragedia dejar que mis venas se rompan antes de que ustedes...
                        antes de que ustedes muerdan cada trozo de mi existencia.

No voy a ser menos sincero, ni tampoco extremadamente verdadero. Soy quien soy, y esta es mi excusa favorita. Ahora me pregunto tantas cosas. Ahora lo más lógico sería correr y tirarme por ahí a esperar, como siempre a esperar...

He soñado que estoy maldito de altura, he soñado con mi voz rompiendo tímpanos, he soñado con mi figura escuálida frente a algunos que quiero y odio tanto. Me he soñado de tantas formas y este día, este día bendito ( notengoideaporquién) me grita que no me vaya, que nos los destierre (a ustedes), que aguante sereno, que por nada del mundo vuelva a sonreír en vano y que llore, que llore mucho porque ya es tiempo.



Así fuimos todos,
y así van ellos,
en fila,
caminando a paso lento
hacia la nada...

Tenemos lengua distintas,
rostros infinitos,
colores en la cabeza,
tantos trapos para
ponernos encima,
viva la libertad!

Libertad para escoger
una opción única
o el destierro,
la pobreza,
el hambre y toda su tragedia,
tanta igualdad y
tanta democracia me conmueve.

La libertad es una cerda desnuda
tras el escritorio de algún mal nacido
que no merece ser llamado humano,
ni mucho menos animal.

No ha llegado la belleza
a nuestra era,
A cambio ha venido la autoridad,
el concepto,
la opresión...

El mayor daño no ha sido causado aun,
la herida más grande no ha sido abierta,
no por empatía,
no por hacer el menor mal,
sino por la norma y su celda.

de quién es la culpa.?

Esperar a que vengan la furias,
la alegrías llenas de lágrimas,
toda esa tracalada de ojos,
compadeciéndose,
las manos de un hombre bueno,
pero enfermo de egoísmo,
la voz quebrada de la mujer
que es la vida y el amor
tan tristes,
tan solitarios..

Veo mis manos inútiles,
secas de caricias,
moviéndose a un infinito inexistente,
tratando de dibujar en algún espacio
la calma,
la esperanza...
Soy la piedra más hipócrita,
cucharón trizado,
inútil e incapaz
de derretirme en mi mar.

Será esta la espera menos esperada,
será este el frío que nunca quise,
la paradoja soy yo,
allá en algún de la ciudad,
el viejo y sus penas,
caminando solitario
en su universo en pugna,
acá la mujer,
sentada
con la lágrima que no corre
porque está cansada incluso de ser
la lágrima.

No hay momentos mejores,
somos ahora el uno que debimos ser siempre,
la única verdad
pero sin adorno,
un mito(...),

Se perdieron mis recuerdos,
me reiría ahora,
me reiría tanto...
-Cómo te fue hoy?-
La muerte está en el rostro, nada más es necesario. 

Pensamos muchas veces en la inexistencia del destino, en la vida pura, en las alegrías llenas de abrazos y lenguas conocidas; pensábamos tantas cosas hace tan poco tiempo. Aterrizar, caer, pisar aquí, avanzar; la línea impuesta por algún cabrón, la maldita rutina, las malditas industrias, la maldita injusticia, la maldita pobreza, el mil veces maldito capitalismo, el maldito poder, la maldita y mal parida autoridad. Dónde estás libertad? Dónde están tus mil lenguas azules, dónde están sexo rojo infinito? Por qué te fuiste con otros que no nos conocen?

...Que tenemos las manos, que los pulmones vírgenes, que las espaldas jóvenes, que la otra mejilla, que hay que ser humilde, que hay que levantar las manos para demostrarles que somos pacíficos: N-O-S   E-S-T-Á-N   C-A-G-A-N-D-O.

Nos están matando con su paz, con su miserable caridad, con sus símbolos fraternos conservadores represivos asquerosos moralistas falsos empáticos hijos de puta cada uno de ellos rezando en la iglesia todos los domingos para que los pobres lo sigan siendo siempre, el plan de Dios y cada mierda que se les pasa por la cabeza. Qué más tenemos que esperar?

Tenemos las manos pa' apiedrarlos,
los pulmonos vírgenes pa' correr de los pacos culiaos y sus balazos,
las espaldas jóvenes pa' llevar a los caídos,
las dos mejillas bien puestas
 y entre medio un escupo de fuego
que va a ir directo a la insignia de sus instituciones- de mierda-,
la humildad pa' los hermanos,
la paz pa' nosotros,
pa' nuestra tierra,
pa' los peñis,
pa' nuestros niños,
pa' nuestras almas libres,
pa' los obreros,
pa' los viejos llenos de amor,
Pero después,
después...
después de incendiarlos,
después de caminar miles de kilómetros
sangrando si es necesario,
después de la muerte
recién la paz.




ruT.y.Nah.

La lógica y los razonamientos dan absolutamente lo mismo. La pureza de los argumentos-hablando excesivamente de mí- está en la mentira y el misterio. No es una declaración ni una confesión. Ni siquiera se trata de una teoría barata. 
La mentira y el misterio, eso veo en la mayoría de los lugares: fortuna; afortunados; 
No deberíamos quejarnos nunca de ese tipo de cosas. 


Está de pie,
allí tras las cortina,
bajo la cama,
sobre los cigarrillos,
a lado mío, comiendo de mis manos.

No puede describirse a sí misma,
ni tampoco puede hacerlo conmigo,
hace algunos años que pisó esta tierra,
venía muy cómoda
con su trajecito y
su facha de asesina,
se sentó aquí,
en este mismo lugar
y me habló de la muerte.

Me reí durante meses con ella
fuimos algo más que enemigos,
mucho más que compañeros,
a ella le gustaba la noche,
los sueños y los despertares,
nunca la vi derramar lágrimas,
curioso,
pero era real,
ella se imaginaba a los hombres y a la mujeres
corriendo en círculos hasta envejecer.

No recuerdo el día en que me dejó,
ni tampoco cuando la dejé,
tengo aquí dentro un charco de sangre,
ni un solo recuerdo claro de los últimos tiempos,
la muerte se nos reveló a ambos,
y desde entonces que las horas pasan
como atardeceres sin sol,
como la nausea en la parte final de la boca.

Y allí está ella,
tras la cortina,
mirando con sangre en los ojos,
tentándome a caminar en círculos
y esperar la muerte;
esperarla con ella.







Se había preparado durante varios meses, tenía en casa todos los implementos, desde el más necesario hasta el más exagerado. Llegó el mismo día que el creyó que llegaría. No se trataba de algo muy especial, solo un par de coincidencias que aumentaron el efecto de su paranoia habitual.
Antes de salir se detuvo un momento frente al espejo y se contempló. Recordó casi instantáneamente y sin explicación coherente alguna, el Santiago del 1998, el barrio Yungay, las caminatas por las calles clandestinas para su condición de ese entonces. Recordó tantas cosas y ninguna le frenó a hacer lo que tenía en mente. Cuando salió de la casa, trató de encontrar alguna respuesta a la llegada de tantos recuerdos, todos inconexos, emotivos pero sin sentido; a él le gustaban así, pero en aquellas circunstancias la emotividad de siempre no era más que una sonrisa forzada, un par de lágrimas y ya: la pura rutina.

Entonces caminó. Caminó varias horas y no quiso parar ni un segundo. Cuando llegó, con la cabeza vacía al fin, se sacó el abrigo, encendió un cigarrillo y miró el piso.- Cuánta sangra habrá corrido bajo mis pies- No dijo nada más y se sentó en la cuneta a esperar a que le llegara la muerte, le quedaban por lo menos 15 años, pero tenía todos los implementos, desde el más necesario hasta el más exagerado.

U

Este lugar es el centro del conocimiento,
de la vida social,
de la maduración,
tan libre todo,
tan volátil.

El sol baña nuestras aulas,
nuestras caras y
alimenta las sonrisas,
los pajaritos vuelan sobre nuestras cabezas,
y al mirarnos,
aquí en este paraíso,
su vuelo se detiene
y caen muertos.

La muerte y toda su tragedia
al fin sale de su escondite,
zigzaguea despacito
entre nuestros pies,
la hipocresía se ha alzado,
allí sobre los ídolos,
!Qué tremendos somos!

Comiendo, riendo y viviendo
entre la muerte,
la putrefacción no viene de donde creímos.

Somos la lacra,
los tristes desamparados,
sentados aquí por mandato,
!tan infelices!

Pero no merecemos nada,
ni siquiera lástima alguna,
la libertad está allí,
prisionera de nuestra voluntad.

Y el viejo habla y habla allí adelante,
y nosotros ahí abajo,
transcribiendo piscóticamente
sus palabras,
como si fuera un libro sagrado.

Nos han quitado tanto,
que ni fe tenemos.

Yo no doy la bienvenida,
sino el más profundo pésame,
tengo miedo, tenemos miedo,
aquí,
el que se arrepiente no se salva.