-Cómo te fue hoy?-
La muerte está en el rostro, nada más es necesario. 

Pensamos muchas veces en la inexistencia del destino, en la vida pura, en las alegrías llenas de abrazos y lenguas conocidas; pensábamos tantas cosas hace tan poco tiempo. Aterrizar, caer, pisar aquí, avanzar; la línea impuesta por algún cabrón, la maldita rutina, las malditas industrias, la maldita injusticia, la maldita pobreza, el mil veces maldito capitalismo, el maldito poder, la maldita y mal parida autoridad. Dónde estás libertad? Dónde están tus mil lenguas azules, dónde están sexo rojo infinito? Por qué te fuiste con otros que no nos conocen?

...Que tenemos las manos, que los pulmones vírgenes, que las espaldas jóvenes, que la otra mejilla, que hay que ser humilde, que hay que levantar las manos para demostrarles que somos pacíficos: N-O-S   E-S-T-Á-N   C-A-G-A-N-D-O.

Nos están matando con su paz, con su miserable caridad, con sus símbolos fraternos conservadores represivos asquerosos moralistas falsos empáticos hijos de puta cada uno de ellos rezando en la iglesia todos los domingos para que los pobres lo sigan siendo siempre, el plan de Dios y cada mierda que se les pasa por la cabeza. Qué más tenemos que esperar?

Tenemos las manos pa' apiedrarlos,
los pulmonos vírgenes pa' correr de los pacos culiaos y sus balazos,
las espaldas jóvenes pa' llevar a los caídos,
las dos mejillas bien puestas
 y entre medio un escupo de fuego
que va a ir directo a la insignia de sus instituciones- de mierda-,
la humildad pa' los hermanos,
la paz pa' nosotros,
pa' nuestra tierra,
pa' los peñis,
pa' nuestros niños,
pa' nuestras almas libres,
pa' los obreros,
pa' los viejos llenos de amor,
Pero después,
después...
después de incendiarlos,
después de caminar miles de kilómetros
sangrando si es necesario,
después de la muerte
recién la paz.




1 comentario:

Jana. dijo...

Pulmones vírgenes y ''corazones indómitxs'', como dijo Luciano.
La ''paz'', esa paz vendida, la paz falseada, de capital, monopolizada, es la que acalla siempre, el escudo moral impuesto y aceptado, el freno de mano, el recurso paupérrimo y más galardoneado.
No hay nada que esperar, sólo mucho por destruir y, como dices tú, después la humildad, la paz verdadera, la libertad.
Corazones y vientres fecundos es lo que tenemos.


Un abrazo gigante, Fa.

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