U

Este lugar es el centro del conocimiento,
de la vida social,
de la maduración,
tan libre todo,
tan volátil.

El sol baña nuestras aulas,
nuestras caras y
alimenta las sonrisas,
los pajaritos vuelan sobre nuestras cabezas,
y al mirarnos,
aquí en este paraíso,
su vuelo se detiene
y caen muertos.

La muerte y toda su tragedia
al fin sale de su escondite,
zigzaguea despacito
entre nuestros pies,
la hipocresía se ha alzado,
allí sobre los ídolos,
!Qué tremendos somos!

Comiendo, riendo y viviendo
entre la muerte,
la putrefacción no viene de donde creímos.

Somos la lacra,
los tristes desamparados,
sentados aquí por mandato,
!tan infelices!

Pero no merecemos nada,
ni siquiera lástima alguna,
la libertad está allí,
prisionera de nuestra voluntad.

Y el viejo habla y habla allí adelante,
y nosotros ahí abajo,
transcribiendo piscóticamente
sus palabras,
como si fuera un libro sagrado.

Nos han quitado tanto,
que ni fe tenemos.

Yo no doy la bienvenida,
sino el más profundo pésame,
tengo miedo, tenemos miedo,
aquí,
el que se arrepiente no se salva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Viajeros en la luna de Vathé