Y dónde quedaron los poetas, las formas, los antisociales, los feministas y los perros? Dónde quedaron las ganas de muerte? Dónde se fueron oh poetas de cuneta! que alguna vez me dijeron-entre líneas- lo terriblemente poco auténtico que soy? 

No me basta describir la noche y sus injurias,
no basta el silencio,
ni me basta el caos,
me tranquiliza el armonioso canto de la sequía,
la sequía poética...tan conocida por todos nosotros.

Yo hablo de nosotros porque supongo estamos en alguna sintonía obligada,
y porque claro, de no haber nosotros no habría un yo escribiendo ahora,
forzadamente,
hipócrita como siempre,
pero buen chato-como dicen-,
lector mediocre
y soñador limitado.

Nosotros somos lo que no ha sido nunca,
y eso que no ha sido nunca,
no ha sido por muchas causas,
una de esas es la obsesiva búsqueda del control,
el control; el dominio,
la hegemonía !-que algunos criticamos tanto-

El poder al fin y al cabo es uno solo,
político o poético, da casi-exactamente lo mismo,
"la poesía no puede ser usada como panfleto"
"no se corte las venas mijito, sea más positivo"
hegemonía,
ego-poder,
dominio de ellos sobre nosotros,
pero atención!
nosotros no existe,
somos como las revoluciones chilenas,
como cachorros en guerra con su cola,
eso somos, la cola,
viva, muerta, sangrando,
da igual,
ese "nosotros" que inconscientemente ideamos
es un espejismo,
¿dónde están los poetas de cuneta?
¿dónde quedaron las ganas de muerte?
Yo no tengo la respuesta,
pero si algunas hipótesis,
estamos tan vivos que incluso la desgracia nos parece un don,
entonces,
¿por qué ir buscando la deshumanización?
¿por qué marginarlos a ellos?

No me basta con describir la noche,
no me basta el día,
no me basta la noche,
no me basta el dolor,
no me basta el placer,
no me basta nada,
iré caminando sobre cadáveres,
imaginando en cada paso que encuentro el mío,
entonces los llamaré y le diré: hermanos ¿ dónde hemos perdido las ganas de asesinarnos?
y ustedes me dirán: aun las tenemos!
Entonces voy a llorar por fin,
voy a mirar el cielo
y voy a llorar más aun,
voy a seguir caminando
y cuando encuentre mi cadáver
los voy a llamar de nuevo,
y cuando vengan
la sequía se habrá ido,
el llanto entonces será el óvulo de la sequía,
y ustedes poetas todos, sentirán el deseo de la muerte,
pero la muerte,
incluso la muerte, se habrá cansado de mirarnos,
prenderá un último cigarrillo
y nos dejará
eternamente condenados a buscar un nosotros
que nosotros mismos hemos sepultado.

Llega el momento de los descubrimientos, de las máscaras quemadas, del despertar y del dormir. Se acaban las compasiones y los buenos deseos, se acaba la lluvia, se acaba el placer, el amor, la empatía.

Debería estar escribiéndole a otras personas, dedicando versos a personas valiosas, a mujeres y hombres guerrilleros, debería estar durmiendo o mirando el cielo tal vez, pues la noche lo amerita. Pero voy a hacer una excepción y te voy a hablar  a ti y a todos los de tu tipo. Lo eufemismos por alguna extraña razón se ausentaron esta noche, y yo, la verdad, no tengo ganas de llamarlos. Lo imagino a usted, y le llamo "usted" no por cortesía, sino despectivamente, y lo dejo bien en claro, porque usted ya ha dado muestras de ser un tipo con la inteligencia emocional tan ínfima que hasta un pedazo de caca pegado en un zapato que por casualidad yace olvidado sobre un techo de alguna casa de Santiago, viejo, inservible y meado por todos los gatos que tengo el placer de imaginar...en fin, hasta el respetable zapato tiene más empatía que usted. Empatía. Si señor, usted que es un docto de la lengua castellana debería conocer bien aquella palabra...Pero bueno, no voy a seguir comparándolo con objetos inocentes. Como decía, lo imagino a usted en su casa, con la cara de papito zorrón que tiene siempre, con el ego chorréandole hasta por donde caga, incrustado en su computador, porque de seguro usted es de esos que no pueden vivir sin la pantalla, se le nota en como camina y en como mira, tómelo como un cumplido. De seguro entre los millones de las cosas interesantes que debe tener en su agenda se debe haber encontrado con mi humilde carta, una carta que me costó bastante escribir, no por dificultades de redacción, sino que por vergüenza, ¿conoce esa palabra?, porque si ésta tampoco la conoce yo podría regalarle un diccionario, tengo varios por ahí tirados, el más feo ya no lo quiero, así que avíseme no más, yo no soy de esos que le tiene demasiado cariño a las formalidades.

Y bueno, usted leyó mi carta, eso está claro ya que recibí respuesta. 

Usted escribe bastante bien, se nota que tiene escuela, lástima que tanto conocimiento no sirva para nada más que para aburrir. A todo esto, ¿le aburrió mi carta? ¿ le hubiese gustado un poco más de dramatismo? Créame que pensé en ser un poco más sincero, pero no sé, uno a veces espera un poco más de las personas. 

Me acabo de dar cuenta de que la realidad es una sola: algunos se sientan en tronos y otros los miran esperando alguna muestra de humanidad. Usted está en una tercera categoría, una categoría que personalmente he denominado "la categoría de los ósculos traseros" o bien, de los besa-culos. Estimado señor, antes de seguir, déjeme disculparme si estoy haciendo juicios falsos, quizás usted sea de esas personas buenas de corazón pero con una vida tan miserable que no sabe reaccionar de otra forma que siendo un conchadesumadre. Bueno, le aclaro una de la cuentas verdades universales: todos somos así. Así que, lo cito a usted mismo, "no es una excusa". 

Tengo mucha cosas más que decirle, pero lo voy a dejar en suspenso, me aburrí de escribir. Le deseo la mejor de las suertes, un beso y un abrazo.

F.

Pd: me esforcé por putearlo bien puteado, pero hasta putear al dichoso zapato me resulta más interesante. Buenas noches, saco de weas. 
Yo no quería tanto, no esperé a que llegaran todos con las manos llenas y me dieran a elegir. 

Alguien alguna vez sintió y dijo algo parecido, o tal vez solo lo dijo. A mi me gustan las utopías negativas, los fatalismos, la vida caminando por caminos anchos y llenos de espinas, me gustan los cuerpos sin sangre, me gusta la vida, me gusta la vida, me gusta la vida. ¿Cuántos días irán? Unos diez, tal vez un poco más. Me fui caminando lento por si alguien me pedía que me quedase, por si alguien en algún momento de locura se le hubiese ocurrido decirme algo, por si a mí antes de llegar aquí se me hubiese pasado por la cabeza tomar el lápiz, romperlo y comerme la tinta.

Nada de eso se cumplió, nada funcionó, nada hice para que funcionara. ¿ De qué estoy hablando? Me he esforzado anteriormente porque se entienda, me esforcé porque escuché consejos estúpidos y llenos de amor.

Ahora no me importan; no me importan porque me he puesto otro traje, una máscara transparente y una cinta en los ojos. La luz entra exageradamente por la ventana y no soporto estar enterrado todo el día en la primavera mentirosa que se intenta meter a la fuerza. Hay algunos ( que conozco) que se disponen a la primavera, que se visten, que hablan, que viven acorde al humor del sol, qué hermosa filosofía. Yo soy como un invernadero húmedo, olvidado por su amante y puesto en libertad por las aves que van pasando.

Esto no es una queja, no es un canto, no es un grito de auxilio. Esto es algo que pasa como pasan las aves, como pasaste tú antes, cuando éramos sordos y nos conocíamos todas las noches por las lenguas, cuando tú llorabas e inundabas mi casa, cuando yo lloraba y nadie me creía.

Podríamos seguir con esto, tú sabes lo importante que es el auto convencerse, pero también sabes lo poco que importan las cosas importantes. Por eso te amo, por eso me gustas, por eso te canto sin que me escuches, porque tú eres así de sencilla y así de eterna. Eres paradójica como lo desconocido, como el amor y como la muerte, nuestros amantes eternos...que coincidencia. Ayer yo fumaba histérico y tu me me mirabas imponente y tierna y me decías lo que yo era, lo que he sido y lo que sigo siendo. Y yo seguía fumando y mareándome, con la cara más dura que he aprendido a poner, con mis ojos buscando la tentación en los tuyos, con las manos llenas de temblores, escuchándote como nadie lo hace, porque yo te escucho como tu quieres que te escuchen, yo me muero en tu boca y en tu vida que es el poema mas perfecto que he leído. Y entonces pienso que esto no puede ser una utopía ni una realidad, que esto es tu sangre y la mía, que no hay explicación, que somos lo que somos, que lo que pase pasará, que podemos tirarnos al vacío y la muerte nos hará el quite. Estamos aquí, tan nuestros que la vida incluso parece ser un poco más estúpida.

Me gusta hacerte reír, me gusta besarte el cuello cuando se te caen las lágrimas. Me gusta ahogarme en tu cuello cuando tengo el corazón agonizando. Trato de estrujarme los ojos para ver si cae algo, pero tú sabes, estoy maldito y aun no es mi turno, aun no. Pero qué importa, no necesito lágrimas propias, tu me me pintas amaneceres perfectos, tu me llamas sin llamarme, me dices lo que no quiero escuchar y por eso estoy aquí, tan agradecido, tan lleno de amor.
S: "-Yo alguna vez estuve con ellos, otras... con ustedes. La mayoría de las veces he estado con ustedes. Sí, con ustedes, los que posiblemente ( pues deberían hacerlo) están recordando ciertas cosas, nada grave para mí, ( y no es por esto que escribo esta carta); con ustedes que de seguro me han visto en algún horizonte imaginario. Con ustedes... acuérdense sin prisa, pero acuérdense. A mi realmente no me complica el hecho de que no quieran recordar, o que simplemente no recuerden, como yo lo hago con tantas cosas, sin voluntad consciente, pura naturaleza, perfecta o imperfecta, naturaleza al fin y al cabo. Así he sido yo, un animal sin raza, cubierto de pieles artificiales, con poca memoria, temeroso, un idiota tantas veces, en fin, naturaleza-humana de la más hedionda que existe en estos tiempo de pedorrea invisible constante y global. Como decía. a mi no me complica el hecho de que no se acuerden, me complica algo que les parecerá una soberana webada. Me complica que hace unos días, sin terapia ni pensamiento alguno, mis preocupaciones y angustias tan románticas acerca de ustedes, compañeros de viaje, hermanos (algunos) !, se han transformado.-"


Yo no soy un poeta de escuela,
no construyo rimas,
no sé de métrica,
no conozco los órdenes adecuados,
no sé de poesía,
no sé de literatura,
no sé de muchas cosas en realidad.

Yo soy un observador impaciente,
y pesimista,
pseudo poeta desesperado de la vida,
inseguro,
obsoleto,
plageador inconsciente,
no sé de poesía,
no sé de nada.

Soy un latinoamericano avergonzado
de sus raíces europeas,

¿Dónde están los artistas hambrientos?
Escribiendo de lo hermoso de la vida de seguro...
retratando los lujosos platos vacíos,
cantándole a la sociedad moderna
tan justa con los poetas hambrientos.

No me hablen entonces de armonía,
no me vengan con la estética
y lo bello,

El poeta tiene ojos de poesía,
sangre carnavalesca,
roja como el vino,
rojo como la misma sangre,
los cánticos alegres son para los
felices y para los curitas,

Para los hambrientos
la música nace del golpe de los látigos
en las espaldas infantiles,
de la mierda rozando los guantes de goma,
de la tragedia de la vida
y del trabajo,
de la realidad encantadora
de las manos viejas
y doctas en limpieza
y engranajes,

¿Dónde está el arte, dónde quedó la poesía?
-Se preguntarán los padres de lo bello-
Aquí no hay tiempo ni espacio
para los débiles,
no hay papel para los optimistas,
tan críticos,
tan ortodoxos...

Las venas están rotas,
y la sangre que chorrea
es el vientre de la poesía,
hoy,
aquí,
en Chile lindo,
cuna de poetas
y tumba de los mismos,
los tronos son para los otros,
para los felices ciegos
que miran y
ven florecer la rosa en un infierno terrenal,
para esos que ven su arte
en la cuna trágica
de los poetas hambrientos
y sus aliados.

Los asesinos de perros, la muerte y el hambre.

A éstas alturas -que no son tan altas-
todo lo "interesante" está sentado
en un abismo tan bajo,
que la desesperanza
en tantas personas
crece, crece,crece..
como la ira y la infelicidad del pueblo de Chile.

Para mi,
ahora es fácil comprender
a un adicto
a un psicópata,
a un triste
a un nada,
pero no a los felices,
sinceramente
no entiendo cual es la semilla
de la que nacieron los felices.

La miseria deambula por las calles
y en las mismas calles caminan los felices,
en las calles vive el hambre,
y por ahí,
satisfechos y obesos
pasan los felices,
los malditos felices...

Y yo camino entre ellos,
camino entre la basura
y el triste cuerpo de un animal asesinado,
tirado allí,
en la misma calle,
pero a un lado,
donde no obstruya el paso,
donde no obstruya mi paso,
donde no obstruya el paso de los felices...

Así camino,
miro y sigo,
con la garganta ardiendo
y sin lágrimas,
camino, a pesar de todo,
en paz,

Soy culpable entonces
y si no merezco la vida,
tampoco la muerte ideal,
merezco ser asesinado
junto a todos los otros felices,
para que los perros
y los pobres caminen libres,
nuca más con hambre,
nunca más muertos.
Se me podría reventar la cabeza en estos momentos. No hay locura, no hay gloria, no hay muerte ni vida. 

-Entre la conmoción angustiosa típica de todo domingo-

¿Qué nos falta? ¿ Cuál es el lugar seguro en donde sentarnos a mirar como pasan las cosas y como pasamos nosotros?
Esta conmoción es típica para muchos y nosotros no somos muy diferentes, de hecho somos iguales pero con una gota de realidad extra, una gota fría y cálida, incomprensible tal vez, mortal quizás. Nos faltan muchas cosas, incluso algunas que aun no descubrimos. Estás cansada lo sé, yo también lo estoy. Estoy desesperado, lo sabes, y tú...tú también lo estás, pero tú eres distinta, eres la primera lágrima que cae del ojo del universo, eres la lengua invisible que hace nacer los besos de todas la generaciones que han muerto y que han nacido buscando paz. Tú eres un torbellino de sangre que sale de la boca de todos los que erramos y te miramos desde aquí, tan lejos de ti, tan lejos... Por eso tu desesperación es distinta, por eso puedes sonreír mientras la vida de los locos normales se cae a pedazos, pero no son carcajadas las que salen de ti, son sonrisas, sonrisas tiernas mientras tus ojos avisan que vienes caminando hace siglos y que esta vez llevas la ventaja. Pero no la quieres. No quieres ninguna ventaja, porque te gusta el anonimato, el amor puro y el sacrificio.

Y yo estoy aquí al lado tuyo, sentado en un pedazo de suelo, mirándote, dejándote ser en tu exquisita existencia, dejando que pases tus manos por mi cara, dejando que te pares frente a mí y me digas "ven.." y nada más. Nada más necesito. Ya estamos atrincherados, tú y yo en el nudo que desata el caos; estamos listos para la guerra, esperando pacientes pero iracundos, sensatos pero desmesurados.

Allá vamos luciérnaga, allá vamos... No hay locura, no hay gloria, no hay muerte ni vida, y qué... No necesitamos nada de eso. Hoy las barreras están puestas, pero tu estás desde del otro lado diciéndome "ven.." y nada más. No necesito nada más.


Hoy salí otra vez, pero no se a dónde fui, tampoco se dónde me dejé, ni a quien me traje.

Cualquier palabra está condenada a vivir y a morir conmigo,
pero yo no se dónde me dejé,
así que el vacío es el escenario esta noche,

Amo mi juventud y odio mi destino,
soy la condena de tantos,
el elemento que a veces sobra,
pero que otras mata con su ausencia.

¿Dónde está mi vientre, mu cueva, mi metáfora más dulce?

Salí a caminar sobre pastelones infantiles,
la comedia ha durado bastante como para reconocerme,
y entonces...¿dónde?
DÓNDE!
...dónde?

El hombre llevaba los ojos bien puestos,
la poesía colgando de una mano,
un pie adentro,
y el resto quien sabe dónde,
dónde,
dónde....

Yo estaba ahí,
petrificado entre los observadores,
en un rinconcito del suelo,
con lágrimas artificiales,
leyendo un librito sin mucho don del optimismo,

Camino con la lengua, me callo mucho y escucho, eternizo el rinconcito y me desangro en él justo en el momento en que las luces se apagan y me miran los que ya se sacaron los ojos.
Aquí no hay nadie,
la habitación está llena,
pero no hay nadie,
veo mujeres y hombres hermosos,
veo tantos ojos,
la mayoría cansados,
la mayoría mostrando un color falso,
y falsas también las lenguas
y las risas,
perece ser que habemos tantos,
pero aquí no hay nadie,
todo se ha desvanecido,
incluso la cólera ha muerto,
la paciencia la ha asesinado.

Viene la inercia y la rutina,
se carnalizaron
y ahora vienen mortalmente lentas,
¿Cuántos levantamos los puños cuando había que ir a la guerra?
¿Cuántos le hemos cantado a la libertad con la boca llena de sangre?
¿Cuántos olvidamos los cantos?
¿Cuántos caminamos ahora moribundos
y erráticos en una tierra ajena?

Somos los invasores del útero universal,
algunos hacen menos daños que otros,
y otros saben como matar sin dolor,
pero somos los mismos,

Espejos rotos
esperanzados frente al reflejo trizado,
felices de ver nuestras sonrisas
agonizando en alguna de las trizaduras
y si!
esos espejos somos todos,
en el lado tranquilo de la vida,
ese lado donde la paz se criminaliza
y la injusticia y el hambre son ídolos díscolos...
que poco a poco
se convierten en dioses,
y ahí volvemos al inicio,
todos sentados aquí,
bajo un techo común,
un montón de gente anónima,
hombres hermosos,
mujeres bellas,
de alguna extraña manera originales,
pero pobres,
tan pobres.

Mal augurio, mal de altura, mal del miedo,
mal del mal,
él mal,
él,
yo.

...caminando hoy por caminos ajenos,
le descubrí la quinta pata a la libertad,
siempre pensé que sería difícil,
pero no,
desde la celda el mundo se abre y se libera frente a los ojos del reo,
la descubrí sin querer,
corriendo tan lento que me di pena
y sonreí,

el instinto no es el que nace del cuerpo,
por eso la sonrisa no existe en el mundo de los racionales,

dejé de caminar,
me cansé lo suficiente y me lancé,
me hice uno con el piso
y ahí comenzó la revelación,
un suspiro masivo me ahorcó
y la lengua del diablo se posó bajó mis pies para beberme,

cerré los ojos durante dos segundos
y luego me dormí,
la vergüenza llegó sigilosa y me acuchilló con su lengua
justo dentro del estómago,
fruncí el ceño y seguí caminando,
indiferente y sonriente,
el gran hipócrita,
el malo entre los buenos,
el gran hipócrita,
mal del miedo,
mal de altura,
mal augurio absoluto,
mal del mal,
él mal...
y yo....
la quinta pata es tragedia,
la libertad no existe,
la cuna es la eterna celda.

Cualquiera puede saber como asesinarme. Es tan fácil que es injusto dar siquiera alguna pista.
Yo recuerdo que me acordaba...
ahora soy espejo ardiente de un pasado impreciso,
la flor sangrando en la boca de otros que fueron yo
en mi niñez,
en mi juventud que aun no acaba
pero que de pronto parece un lejano espejismo.

Se que tengo los pies sobre suelo firme,
y la cabeza bajo un universo conocido,
se también que tengo un nombre que no reconozco,
soy la piedra que se estrella en las ventanas del futuro,
y que vuelve en la noche
empapado de ira y de amor,
a dormir aquí,
si,
aquí donde nací,
fruto de un amor fugaz
que se eternizó en circunstancias desconocidas.

Como amo el misterio de los otros.
Como amo no saberme
y extrañarme cuando quiero recordarme.



Me dicen que es así la vida,
con ojos tan sabios
que llego a llorar
de la risa,
pero actúo,
actúo bien,
porque no se me olvidan las normas
y mucho menos la cortesía,
por eso muevo la cabeza asintiendo lentamente,
con los ojos entreabiertos
diciendo únicamente "mmm",
y luego,
vienen los abrazos
y los clichés...

Yo se bien que decir cuando estoy
del otro lado,
es todo un ritual,
no me extrañaría que con la evolución,
próximamente,
en lugar de lágrimas,
abrazos y discursillos copiados de libros de autoayuda,
quizás nos consuele un muro recolector de tristezas,
una máquina emocional...

Pero no,
tal suerte no existe,
y si existiera
no la gozaríamos nosotros,
raza maldita:
hipócritas todos,
sonriéndole a la vida,
llorando muertes ajenas,
pro vida,
pro paz,
asesinos por naturaleza,
los caminantes resignados.


Tengo aquí un poemita
sencillo,
un pedazo de lengua
que va a ser hablada por pocos,
que va a ser un pedazo más
de tantos que se me han perdido.

Yo soy más mortal que muchos,
soy culpable de crímenes
que desconozco,
de niños y lágrimas,
de mujeres hambrientas,
de hombres humillados,
de mundos paralelos viviendo
en la ironía de la vida,
soy culpable porque hablo,
porque pierdo mi lengua
porque asiento y acepto,
soy autor de crímenes que nunca he visto,
de ciego, de iluso, de idiota,
por
    eso
         soy
               culpable.


No hay verso digno de tu boca,
la poesía muere ante ti,
tengo tanto que decir
y tan poca vida
tan poco espíritu,
cara bonita,

errática y libertina,
me entras por los ojos,
por la boca,
por las manos,
por la sangre,
entras iracunda
sonriente,
sublime!
ojitos de noche lluviosa,
la poesía muere ante ti,
tengo tanto que decir,
pero mi lengua
es únicamente para la tuya.







Te amo tanto.
Caminé por la ruta "cataléjica",
estoy viviendo el regreso
y muriendo la ida,
caminé entendiendo
la intrascendencia de lo trascendente
y caí en un océano metafísico,
paradójicamente bello,
astutamente (por ellos) atroz.

Soy carne y huesos,
imaginador perfecto,
se que es padecer de sed
viviendo en el océano.

El hoy -existe- vive en la muerte
constante-amante perfecta- y
mal vista,
mi mirada artificiosa
no decodifica artificios naturales,

La ruta "cataléjica",
el nacimiento en la lejanía,
todo este universo tan finito
une sus hebras
y ahorca a los que merodean.

Aves libertinas!
serán sus plumas el amuleto universal,
parirán los vientres una era emotiva,
una galaxia negativista,
"soy utilidad sin precio,
el servicio deficiente,
soy la cifra roja,
soy los pasos ganados,
caminador sin rostro,
hijo del catalejo
y la naturaleza artificiosa"

Parirán los vientres
la sangre negra
de un universo
libre.
Tengo el aroma del delito
en la punta de mis dedos,
en algún futuro seré
el perro arrepentido,
la figura satírica de un pasado...

El ciclo vital
le llaman,
yo
me declaro incompetente.

Manuscrito encontrado en el infierno

"La lluvia debe ser
hermosa
con techo
y abrigo."
I

Dónde fue mi inocencia,
la imaginadora de espectros
y ojos rojos
en las ventanas negras,
en madrugadas de infancia...(?)

II

Sigo aquí,
sentado en el mismo suelo,
comiendo de la misma tierra,
le ruego al cielo y al que no me hizo,
le pido a mi almohada
y a los gatos que aun no llegan a vivir conmigo
y de mí...
le imploro a quien me escuche...
Sigo aquí,
y de mi boca salen quejas mudas,
ruegos sin peticiones,
soy alma codificada en mala era,
soy el que he hecho de mi mismo.

III

Necesito un amuleto,
una piedra sagrada,
necesito una fe que no necesite fe.

IV

Mañana vuelvo a viajar,
20 minutos en un vagón,
la vida se desecha al mismo tiempo,
cien caras mirando un vacío
lleno de otras caras,
doscientos pies pisando el mismo suelo,
cien alientos copulando entre si,
doscientas manos que no se sienten,
cien corazones,
cien pasiones,
se abren las puertas,
mil codazos,
empujones,
-estamos tan apurados!-
esta era está podrida hermanos.


V

El inevitable deterioro,
el tiempo irreductible...
¿para qué tanto apuro
si la muerte viene volando?
Tengo cuidado con los que no miran,
a esos los dibujo y los lloro
en papeles de carne, soledad y humanidad pura.
¿Por qué no miran hermanos?
¿Por qué no ponen sus ojos en otros dolores?
No se desesperen,
la muerte viene volando,
viene a buscarnos a todos,
miren!
mírenlos!
mírennos!
-mírame!-
20 minutos después,
uno de los cien no está más,
y yo sigo aquí,
dibujando con sangre
en un pecho de fierro
tengo frío,
frío,
frío...

VI

Ahora,
¿Quién se ríe?

VII

La noche cuelga del cuello,
tiene un ojo en el infinito
y el otro aquí,
en esta tierra...
y nadie ríe,
nadie mira a la agónica madre,
mañana, mañana, mañana!
el futuro!
el porvenir!
nadie mira a la agónica madre,
mañana,
el madrugar y el deber,
los ojos están cerrados
pensando en el mañana,
y nadie mira a la agónica madre.











Te siento venir,
caliente y fría,
paradójica como has sido siempre,
vienes reptando llena de espinas,
con la lengua dulce y
los labios amargos...

Vienes lentamente a renacer en mi boca,
vienes a darme ese beso maldito,
tú, maldita...
has asesinado mis lágrimas,
te devoraste las furias que cultivé por tantos siglos,
te coronaste la reina de cualquier dolor,
y eso eres,
el dolor hecho verso,
la perdición,
la miseria que no me deja ir al encuentro con la muerte.

Serías perfecta si fueras el todo,
poesía,
OH! poesía,
AY! poesía,
serías perfecta si tuvieras la vida que algunas vez tuviste,
pero estás distante,
tan muerta.
Me voy a cortar la lengua,
así que estas serán las últimas palabras que de mi salgan,
antes que la desgraciada vuelva a crecer.

he visto como se ha transformado todo,
he sentido la tristeza y la alegría a través de un cigarrillo,

Soy el hombre más débil de esta existencia,
piedra que llora agua,
piedra que pide leche materna
piedra blanda,
pedazo de vida en manos de la muerte,

debería retirarme en silencio,
pero he decido ser terco y orgulloso,
he optado por volverme un monstruo antes de morir,
-¿y alguien sabe si voy a morir?-

Estoy cantándole a la exageración,
a la lluvia de sangre,
a lo fatal,
estoy sentado en el borde de una ventana,
con el viento frío en la cara
y los pies mojados,
tengo la conciencia tan limpia
que incluso la gravedad me rechaza,

-"debería retirarme en silencio"-
lo he dicho alguna vez,
en un pasado cercano,
-¿dónde habré dejado mi lengua?-
lo voy a decir pronto,
tan pronto...

El cielo negro más tus ojos,
la respuesta a la pregunta que jamás se ha hecho,
yo y el inevitable fatalismo,
yo
yo
yo,
el cielo negro y yo,
la respuesta y yo,
yo mirando fijo,
yo sin lengua,
yo sin yo.







Qué tremendo es tratar de escalar lenguas nuevas,
caminar en una tierra tan usada,
beber salivas tan secas...

Yo he sido la síntesis de conflictos
i
  n
    c
       o
           he sido el nexo entre la muerte y la tristeza de no encontrarla
             e
          r 
       e
     n
   t
   e
   s

He sido un pelo en la lengua,
una herida que no duele
porque se esconde a los ojos,
una herida que pica y que grita...

He sido encontrado sangrando
a la mitad de la vida,
enfermo de injusticia...
agoniza mi sexo en las llamas
de la distancia.

Tengo el corazón negro
y la legua de piedra,
puede ser que existan sentidos
más visibles que otros,
quién sabe si la saliva del diablo
es la cura a la normalidad asesina...

Los dobles rostros son el camino de esta era.

Allá va la libertad,
abusando de todo lo que puede,
serpenteando entre egolatrías,
en los brazos de algunos
que aprendieron a tragar el fuego.

Los cerdos camino al cielo,
van dejando mierda en la boca
de los que están sin tapujos
recibiendo la vida misma,
desnudos sobre hogares invisibles,
sin tierra
              y
                  sin cielo.

OH! Poetas inconscientes!
están ahí desangrándose,
tratando de dibujar sobre esta realidad poco sincera,
con la espalda descubierta,
que tristeza...
que tristeza...

Yo y los que sobran
miramos desde aquí,
sin decir...
sin trazar verso alguno,
sin enjuiciar amablemente,
caminando sin pies
sobre esta tierra usada,
nadando en un océano seco,
con la piel ausente,
con la sonrisa exorcizada.

Las furias vienen
caminando sobre una serpiente,
hay  cuerdas copulando con nuestros cuellos,
el destino es,
nosotros no.


Justamente las sensaciones nuevas son las mismas de antes, las que algunas fueron detonantes, "iniciadoras", las fundadoras de la vida y de la miseria. Yo no soy ninguna paradoja ambulante, ni mucho menos un caminante ciego; soy la ceguera tal vez o la vergüenza humana buscando ironías para defenderse de sí mismo.



Necesito un beso suicida que me incendie y me lleve al origen,
una pérdida imperceptible,
una vida absurda,
un espacio en el tiempo-incoherente-,
                                                          tengo miedo.

La sequía no pierde tiempo,
voy bebiendo de la huellas...
voy lleno de temblores a esconderme a la vista de todos,
no quiero que vengan a buscarme,
pondría mi lengua en un cielo de espinas,
mi sexo en el torrente de hielo que baja por mi espalda.




Yo que soy pájaro de mal agüero, intelectualoide con el alma a punto de ser empalada en algún infierno artificial. 

Últimamente me he dedicado a buscar culpables. Y los he encontrado. Resulta ser un ejercicio para el nacimiento de la ira y el control del amor, paradoja estimulante diría quizás Julio ( me declaro culpable de la imprudencia recién cometida)


Pienso en las que están naciendo hoy, 
en las que están pariendo,
en las que se van 
y en las que están muriendo sin aun dejar el cuerpo... 

No han dejado de estar ni un solo segundo en la cumbre de  un cerro olvidado,
dibujando atardeceres sangrientos y partos de fuego,
han dejado en esta tierra maldita las huellas más hermosas,
el legado único de la vida que sale de un pecho,
el acto sublime...
la sangre que escapa de la vida y se posa en el cuerpo nuevo.

Y ahora salgo al mundo, 
observando cada detalle 
cada superficie,
y no encuentro mucho más
que ego masculino trotando en las calles
de nuestro mundo.

Este es mi mundo,
soy un hombre hecho y derecho,
lloro a escondidas,
amo a mi madre
en secreto,
a escondidas soy la copia fiel de la decadencia.
                                                                                  Que vergüenza siento de mi género.




Jeremy spoke in class today


Y realmente, cuál podría ser la cura? 
Seguir así, paso a paso, sin caminar, claro está(...) pero a paso a paso. O quizás, estancarse en algo, poner la otra mejilla y trabajar humildemente como buen cristiano. El abismo es tremendo, y nosotros somos muy pequeños como para sobrevivir a la caída...


Es curioso saber tanta cosa sin haber vivido más que el maravilloso mundo de las aulas, años y años.


Yo no me echaría a morir ahora, porque de ahí vienen las empresas. 




Voy a volarme la cabeza,
cada día que me resta, 
mientras pueda.


Voy a nadar en el sexo de mi ira,
en la sangre dulce de la venganza
y en el mundo perdido,
en la caverna inexistente,
en la zuela de mis zapatos,
al lado de los pedazos de mierda. 









Detrás de las cáscara, de la piel humana, y de la tonelada de escudos...ahí está, ahí estoy y ahí estamos tantos. 

Seguramente las proyecciones que salen de mi boca y de mis ojos dibujan día a día un esqueleto de hombre, una figura cuerda y distante(...) Quién sabe de donde vengan ustedes: los sangrientos de aliento azul.
Yo estoy aquí, hace siglos, mirando el cielo, casi siempre de noche y con el escalofrío partiéndome lo que me queda de espalda. Que lástima sería abandonarlos ahora, aunque debería, ustedes son crueles, son tan fríos, tan duros conmigo...pero me abrazan tan fuerte, que sería una tragedia dejar que mis venas se rompan antes de que ustedes...
                        antes de que ustedes muerdan cada trozo de mi existencia.

No voy a ser menos sincero, ni tampoco extremadamente verdadero. Soy quien soy, y esta es mi excusa favorita. Ahora me pregunto tantas cosas. Ahora lo más lógico sería correr y tirarme por ahí a esperar, como siempre a esperar...

He soñado que estoy maldito de altura, he soñado con mi voz rompiendo tímpanos, he soñado con mi figura escuálida frente a algunos que quiero y odio tanto. Me he soñado de tantas formas y este día, este día bendito ( notengoideaporquién) me grita que no me vaya, que nos los destierre (a ustedes), que aguante sereno, que por nada del mundo vuelva a sonreír en vano y que llore, que llore mucho porque ya es tiempo.



Así fuimos todos,
y así van ellos,
en fila,
caminando a paso lento
hacia la nada...

Tenemos lengua distintas,
rostros infinitos,
colores en la cabeza,
tantos trapos para
ponernos encima,
viva la libertad!

Libertad para escoger
una opción única
o el destierro,
la pobreza,
el hambre y toda su tragedia,
tanta igualdad y
tanta democracia me conmueve.

La libertad es una cerda desnuda
tras el escritorio de algún mal nacido
que no merece ser llamado humano,
ni mucho menos animal.

No ha llegado la belleza
a nuestra era,
A cambio ha venido la autoridad,
el concepto,
la opresión...

El mayor daño no ha sido causado aun,
la herida más grande no ha sido abierta,
no por empatía,
no por hacer el menor mal,
sino por la norma y su celda.

de quién es la culpa.?

Esperar a que vengan la furias,
la alegrías llenas de lágrimas,
toda esa tracalada de ojos,
compadeciéndose,
las manos de un hombre bueno,
pero enfermo de egoísmo,
la voz quebrada de la mujer
que es la vida y el amor
tan tristes,
tan solitarios..

Veo mis manos inútiles,
secas de caricias,
moviéndose a un infinito inexistente,
tratando de dibujar en algún espacio
la calma,
la esperanza...
Soy la piedra más hipócrita,
cucharón trizado,
inútil e incapaz
de derretirme en mi mar.

Será esta la espera menos esperada,
será este el frío que nunca quise,
la paradoja soy yo,
allá en algún de la ciudad,
el viejo y sus penas,
caminando solitario
en su universo en pugna,
acá la mujer,
sentada
con la lágrima que no corre
porque está cansada incluso de ser
la lágrima.

No hay momentos mejores,
somos ahora el uno que debimos ser siempre,
la única verdad
pero sin adorno,
un mito(...),

Se perdieron mis recuerdos,
me reiría ahora,
me reiría tanto...
-Cómo te fue hoy?-
La muerte está en el rostro, nada más es necesario. 

Pensamos muchas veces en la inexistencia del destino, en la vida pura, en las alegrías llenas de abrazos y lenguas conocidas; pensábamos tantas cosas hace tan poco tiempo. Aterrizar, caer, pisar aquí, avanzar; la línea impuesta por algún cabrón, la maldita rutina, las malditas industrias, la maldita injusticia, la maldita pobreza, el mil veces maldito capitalismo, el maldito poder, la maldita y mal parida autoridad. Dónde estás libertad? Dónde están tus mil lenguas azules, dónde están sexo rojo infinito? Por qué te fuiste con otros que no nos conocen?

...Que tenemos las manos, que los pulmones vírgenes, que las espaldas jóvenes, que la otra mejilla, que hay que ser humilde, que hay que levantar las manos para demostrarles que somos pacíficos: N-O-S   E-S-T-Á-N   C-A-G-A-N-D-O.

Nos están matando con su paz, con su miserable caridad, con sus símbolos fraternos conservadores represivos asquerosos moralistas falsos empáticos hijos de puta cada uno de ellos rezando en la iglesia todos los domingos para que los pobres lo sigan siendo siempre, el plan de Dios y cada mierda que se les pasa por la cabeza. Qué más tenemos que esperar?

Tenemos las manos pa' apiedrarlos,
los pulmonos vírgenes pa' correr de los pacos culiaos y sus balazos,
las espaldas jóvenes pa' llevar a los caídos,
las dos mejillas bien puestas
 y entre medio un escupo de fuego
que va a ir directo a la insignia de sus instituciones- de mierda-,
la humildad pa' los hermanos,
la paz pa' nosotros,
pa' nuestra tierra,
pa' los peñis,
pa' nuestros niños,
pa' nuestras almas libres,
pa' los obreros,
pa' los viejos llenos de amor,
Pero después,
después...
después de incendiarlos,
después de caminar miles de kilómetros
sangrando si es necesario,
después de la muerte
recién la paz.




ruT.y.Nah.

La lógica y los razonamientos dan absolutamente lo mismo. La pureza de los argumentos-hablando excesivamente de mí- está en la mentira y el misterio. No es una declaración ni una confesión. Ni siquiera se trata de una teoría barata. 
La mentira y el misterio, eso veo en la mayoría de los lugares: fortuna; afortunados; 
No deberíamos quejarnos nunca de ese tipo de cosas. 


Está de pie,
allí tras las cortina,
bajo la cama,
sobre los cigarrillos,
a lado mío, comiendo de mis manos.

No puede describirse a sí misma,
ni tampoco puede hacerlo conmigo,
hace algunos años que pisó esta tierra,
venía muy cómoda
con su trajecito y
su facha de asesina,
se sentó aquí,
en este mismo lugar
y me habló de la muerte.

Me reí durante meses con ella
fuimos algo más que enemigos,
mucho más que compañeros,
a ella le gustaba la noche,
los sueños y los despertares,
nunca la vi derramar lágrimas,
curioso,
pero era real,
ella se imaginaba a los hombres y a la mujeres
corriendo en círculos hasta envejecer.

No recuerdo el día en que me dejó,
ni tampoco cuando la dejé,
tengo aquí dentro un charco de sangre,
ni un solo recuerdo claro de los últimos tiempos,
la muerte se nos reveló a ambos,
y desde entonces que las horas pasan
como atardeceres sin sol,
como la nausea en la parte final de la boca.

Y allí está ella,
tras la cortina,
mirando con sangre en los ojos,
tentándome a caminar en círculos
y esperar la muerte;
esperarla con ella.







Se había preparado durante varios meses, tenía en casa todos los implementos, desde el más necesario hasta el más exagerado. Llegó el mismo día que el creyó que llegaría. No se trataba de algo muy especial, solo un par de coincidencias que aumentaron el efecto de su paranoia habitual.
Antes de salir se detuvo un momento frente al espejo y se contempló. Recordó casi instantáneamente y sin explicación coherente alguna, el Santiago del 1998, el barrio Yungay, las caminatas por las calles clandestinas para su condición de ese entonces. Recordó tantas cosas y ninguna le frenó a hacer lo que tenía en mente. Cuando salió de la casa, trató de encontrar alguna respuesta a la llegada de tantos recuerdos, todos inconexos, emotivos pero sin sentido; a él le gustaban así, pero en aquellas circunstancias la emotividad de siempre no era más que una sonrisa forzada, un par de lágrimas y ya: la pura rutina.

Entonces caminó. Caminó varias horas y no quiso parar ni un segundo. Cuando llegó, con la cabeza vacía al fin, se sacó el abrigo, encendió un cigarrillo y miró el piso.- Cuánta sangra habrá corrido bajo mis pies- No dijo nada más y se sentó en la cuneta a esperar a que le llegara la muerte, le quedaban por lo menos 15 años, pero tenía todos los implementos, desde el más necesario hasta el más exagerado.

U

Este lugar es el centro del conocimiento,
de la vida social,
de la maduración,
tan libre todo,
tan volátil.

El sol baña nuestras aulas,
nuestras caras y
alimenta las sonrisas,
los pajaritos vuelan sobre nuestras cabezas,
y al mirarnos,
aquí en este paraíso,
su vuelo se detiene
y caen muertos.

La muerte y toda su tragedia
al fin sale de su escondite,
zigzaguea despacito
entre nuestros pies,
la hipocresía se ha alzado,
allí sobre los ídolos,
!Qué tremendos somos!

Comiendo, riendo y viviendo
entre la muerte,
la putrefacción no viene de donde creímos.

Somos la lacra,
los tristes desamparados,
sentados aquí por mandato,
!tan infelices!

Pero no merecemos nada,
ni siquiera lástima alguna,
la libertad está allí,
prisionera de nuestra voluntad.

Y el viejo habla y habla allí adelante,
y nosotros ahí abajo,
transcribiendo piscóticamente
sus palabras,
como si fuera un libro sagrado.

Nos han quitado tanto,
que ni fe tenemos.

Yo no doy la bienvenida,
sino el más profundo pésame,
tengo miedo, tenemos miedo,
aquí,
el que se arrepiente no se salva.
Implosión. Alternativa. Espectro. Libertad. Frustración.

Salen de las aguas oscuras ( no existen realmente), todos estos malos entendidos, errores de sistema, mala suerte, "todo pasa por algo", tirar para adelante. Et ceteri.

Encima de todo, la sequía es inminenete. No existe vida sin su vida agónica y maldita, por decir algo y que no se quede todo así tan pasivo. No es por gusto que trazo aquí algunas ideas sin futuro, aunque en el fondo y exageradamente en el fondo, si lo tengan. Trazo todo aquí porque la sangre tiene que salir, porque el dolor, la ira y todas esas cosas que son tan! ( no encuentro un eufemismo adecuado así que lo dejo en blanco con manchas) ... tienen que salir alguna vez y de la forma más silenciosa posible.

Quién era yo, hace un par de minutos?

En estos momentos estoy sacándome la ropa. Vuelan mis prendas por la ventana del piso 15, mientras el frío me enseña que la maestría está en ser volátil y traincionero-melancólico. Todo en esta habitación, que en realidad es mi pieza: donde duermo, donde estudio, donde lloro, donde río, donde hago el amor algunas veces, donde me trago las penas y me fumo otras: todo en su conjunto está desapareciendo. Se debe ver graciosa la silueta de mi cuerpo escuálido frente a la ventana, muerto de frío y en proceso en encogimiento. Si yo fuera el muerto, quizás tendría una visión tragicómica de mi realidad terrenal. Ahí... indefenso, flaquísimo, un hombre horrible(mente frustrado), desnudo, mirando por la ventana, soportando el viento frío y mirando como vuela la ropa; mirando como en realidad no vuela, mirando como cae (y cae rápido y sin sentido alguno de la estética.)

A ver, el pesimismo o la mentira?

A ver, la guerra o la guerra?