No soy un hombre triste, solo tengo pena

Nació hace mucho tiempo,

hija del misterio,

con sabor a natura,

naturaleza de un bebé,

y me persigue como hormiga al dulce,

como maldad al impotente,

como rencor al sumiso.

De mi cuello cuelgan onirias,

me consumen,

me hacen ser el pasto amarillo gimiendo en la hoguera,

el futuro no existe,

(porque)

el mañana es el hoy prematuro,

para mi.

Y si nos falta pasión,

podemos ir y forzajear el destino,

con la lágrima ciega.

Puede ser que yo sea el ciego que no tiene más miedos,

que a ver,

y se me vienen la imágenes,

de mi vida, a veces sin vida,

de mis sueños sin márgenes,

de mi alma herida,

de mi gusto por la utopía.

Esta noche sangro de su sangre,

y meto el dedo en la herida universal,

en la gran pena del mundo,

que miente cuando canta que sufre,

que ríe al vernos llorar,

Oh mundo cruel,

adiós miseria,

bienvenida utopía sin piel