Salir es demasiado difícil.

Hay algunos que se quedan, los demás -ninguno sobra- nos quedamos por ahí, en alguna esquina, en silencio la mayoría del tiempo. La tensión y la incetidumbre han sido estos últimos meses, aliados tremendos. Terroríficos, pero aquí están. 


Podría volarme la cabeza uno de estos días,podría abrir los brazos y comprobar que los sueños de infancia son los quiebres más tristes.Pensándolo un poco más-ahora,y en ningún caso, bien- no hay necesidad comprobarlo, estoy seguro de que la nada existe -ja- y que las sonrisas apuñalan más que el odio.






2 comentarios:

Jana. dijo...

Errores comunes por atípicos. Y la nada (junto a la soledad, en mi caso, al menos) es la camarada más fina y leal que hay. Amortiguamos el impulso de detenernos por ese motor que aqueja nuestra mente.


Siempre un gusto pasearme por acá.
Un abrazo tremendo, Fá.

Anónimo dijo...

Gracias Fa por tener siempre una palabra para mi :)

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