Es tan extraño esto de extrañarte de repente, de la nada, en el peor de los momentos. Lo más curioso es que esos momentos no se muestran hasta que tu apareces, yo te extraño de la nada y cuando te extraño mis fortalezas se desvanecen, todo mi yo vibra para buscarte y tu allá quizás en qué planeta, con el cigarrillo en la boca y la mirada perdida en algún gato negro. Ir a buscarte sería la solución más obvia, pero el perderme y el perderte antes de encontrarte, no sé, me dan esa locura de la que soy adicto. Me vuelve tan loco, me destruye y reconstruye, quiero decir… buscarte por estas rutas incoherentes lejos de aislarme de ti, me acercan a tu idea, a tu esencia invisible que no me deja nunca en paz. Debe ser por eso que tus besos y tus manos siguen estando en otro plano, en el espacio de las batallas perdidas, allí donde llego yo al final de cada día y estás tu contigo y conmigo esperándome a mi y a mis besos sin remedio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Viajeros en la luna de Vathé