Se me van las ideas a estas horas, se me van las ideas infertiles del día, esos pedazos de nada que nacieron de algún rato perdido en paranoias oscuras. Me dicen que me calle que me limite a ser lo que el tiempo dicte, me dicen que me calle y que me rija según los parámetros de los seres cívicos. Toda esa parafernalia me llega de pronto, así no más, sin ningún aviso, gratis, abusando de mi capacidad patológica de acoger y devorar. Caminar, no mirar, caminar con la boca cerrada, caminar sin hogar simbólico, sin lengua madre, sin ojos, caminar por caminar, caminar por mandato. La norma, la vida, el destino, el bien, lo bello, el bien, bla bla. Se me van las ideas a estas horas, ideas infértiles dije hace un rato, yo y mi yo fracturado, digo incoherencias disfrazadas de razón. Parece que el tiempo cobra sentido cuando uno tiene la boca llena de dudas y las ganas totalmente estimuladas por el vacío que nadie ve, vacío hermoso por cierto, vacío sin la connotación fatalista, ese vacío lleno de fugas, lleno de trances, las ideas no se van, las ideas pendulan sobre mis ganas de quedarme desnudo frente a los besos muertos que me ofrece el enemigo. Sigo divagando, no hay caso con estas horas, todo se retuerce en el más tierno de los misterios. No tengo respuestas, se me perdió el mapa, que risa, que risa

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