Y tirarse al vacío con las garras afuera y destrozar las máscaras, fundir la realidad con el temor,
y que el miedo se levante y dance como boa maldita, como dulce muerte y que nos encierre en su templo y que nos queme la lengua, que use espejos y nos confunda, que nos seduzca y nos arañe la cara con nuestras propias manos.

Sal de ahí,
lágrima amarga,
salta al vacío
y quémame la lengua,
para que no me escuches,
para que no te engañes,
para que me mires
y no tengas que morir,
para que sangres por el mundo
y te seques en mí,
para que sangres conmigo,
para que me concedas el placer
de morir en ti.

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