I

(...) Así, después de tantos días de filosofar basura, extractos según ellos interesantes y un sin fin de detalles forzados, pienso que, el verdadero circo comienza en el espejo que regala la muerte. Recuerdo las bocas, lentas y altaneras, llenas de humo y poesía vanguardista, todos tan pos modernos, depresivos, silenciosos, alternativos e incomprendidos. Los oídos por muy sordos que quieran hacerse, no pueden evitar escuchar...

Mirar a los pobres debería ser un martillazo en los dientes, un verdadero fuego bajo la lengua. No entiendo de donde sale tanto coraje colectivo. Todos pelean por la injusticia cuando tienen tiempo, como si el  pobre estuviera en condiciones de esperar a que terminen las clases, los trabajos y las fiestas. Malos chistes los que me han contado últimamente.


( seguimos...)

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