Cuánto cinismo,
cuánta farsa,
hablando por mera cordialidad,
por miedo,
porque son máquinas,
y porque les gusta...
porque aceptan la jerarquía
autoritaria de la sala de clases,
entre medio las risas y la simpatía,
rituales sin sangre,
cabecitas intelectuales
siguiendo el curso de lo que debe ser así,
porque sí,
porque sí...

Y cuando la voz empoderada quiere risas,
entonces hay risas,
y cuando la voz, la misma voz, quiere silencio,
entonces hay silencio

Me conmueve la lógica de nuestra educación,
los más libres irán por ahí condenados a la disidencia y la clasificación,
manzanas podridas acorraladas hacia dos líneas,
-te sometes y te marginas-
sea cual sea la elección,
el futuro es la muerte,
la guerra la estamos perdiendo,
la libertad se está muriendo,
fuego a las aulas,
fuego a los pedagogos jerárquicos!

2 comentarios:

Jota A. dijo...

El chorreo de sangre se plastificó; ni el corazón entiende qué cosa está pasando. Acostumbrados a que las cosas caigan de su tan "santísimo cielo", estrechando su vida en función de eso, olvidándose de sí mismos (sus ganas, su cuerpo, su instinto).
Pólvora y fuego a las aulas, a las (como dices tú ) "cabecitas intelectuales", a nuestro vaivén.

PD: ¿Qué tan cierto es, siquiera, la existencia del futuro?

Julie dijo...

¿Existirá el libre albedrío?

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