Parece que me muero,
tengo el pecho ahogado en ira,
soy una explosión eternamente anónima,
el canto moribundo de las opiniones silenciadas,
hipócrita majestuoso, simulador experto,

maldita la máscara que corona mi nombre en la cima de las bondades,
maldito el terror que siento cuando me veo expuesto a las caricias ajenas,
abrí los ojos y todo estaba destruido,
desperté en un espacio extraño
y no vi nada más que heridas

mis manos frías buscan calor en algún corazón roto,
no quiero desangrarme en esta ciudad fría sin culpables legales,

parece que me muero
y aun no encuentro la lágrima salvadora,
he sido fuego libertario,
he batallado guerras sin sentido,
he amado a mis enemigos
bajo consignas idiotas,
morales corruptas emocionalmente inmorales

no hay fin,
no hay comienzo,
solo el tiempo que abusa de los desamparados insomnes,
mañana se muestra como la bestia asesina de las ganas,
y uno aquí tratando de ordenar la cabeza,
tirando versos incoherentes como si la poesía fuera la cuna de la cura,

No se puede respirar en esta tierra de esclavos,
no puedo llorar sin desafiar el falo social,
no puedo construir sin ser destrozado,
sigo en la búsqueda infinita del silencio y la desnudez eterna,
siento que me muero de pena,
siento que mi lengua quiere dormirse por última vez.





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