Uno nunca está a salvo de ser engañado, puedes protegerte, observar y tratar de no caer en cegueras, pero de pronto todo explota de nuevo.
En esta tierra no existen éticas ni vocaciones reales, la ley pesa más que la vida, lo correcto es más poderoso que cualquier argumento. Las palabras siguen siendo máscaras traidoras.
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Viajeros en la luna de Vathé