Todo se detiene, un vacío involuntario llega y se instala, las vidas vividas explotan y aparecen los vasos vacíos. Quiero preguntar dónde están, por qué no vienen, quién les comió la lengua. Quiero preguntar tanto y mente tan en blanco, yo tampoco tengo lengua, pero ojos me sobran, ojos traicioneros que miran más de lo que ven, y yo tan desapercibido, tan anónimo con en las peores guerras.

Ayer salí del cascarón y me vi todo ensangrentado,
busqué la herida, me puse de cabeza,
atravesé los mares de la conciencia,
y nada,
no hay herida que sangre,
no vino la muerte ni sus sirenas,
somos lo de siempre,
algunos con sus mañas secretas,
otros con las carne expuesta,
algunos parte de la masa seductora,
otros viajeros errantes,
los mismos, con más parches, con más lágrimas,
con más risas tiritando entre los dientes

Dónde están las bocas que juraron amor eterno?
partieron lejos de aquí?
acaso se mueven permanentemente entre las rendijas del olvido?

Busco los cuerpos caídos
y te encuentro allí semi-viva,
y me encuentro haciendo fila para unirme al carnaval,
para ser la piedra que rompa las ventanas,
busco y me encuentro entre vidrio molido, palabras muertas y lenguas cínicas,

Me declaro señor de los silencios y del olvido,
profanador de amores y odios ajenos,
viajero estático,
la boca semi abierta de mis más hermosos temores,
me declaro sombra continua, ritmo frenético en alta frecuencia,
me miro y no veo,
todo se vuelve movedizo,
las calles, el cielo, mis manos,
la gente, el olor, 
todo se mueve por rutas impropias,
todo alcanza su punto máximo en la caída de algún otro,

Todo avanza, el vacío involuntario a sido desterrado,
el puño vibra con los vientos de libertad que habitan en mis sueños,
y yo, engendro de las confusiones,
me pregunto si alguna vez la distancia será comprendida como acto de amor incomprensible.



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