Se me quiebran los dientes,
con esta arritmia
de gente,
con este desnivel
que parece matanza.
Sobre los hombros
llevo un espectro,
un triste y silencioso
espectro,
me arranca del tiempo
y me pica los ojos
con sus nervios.
Este es su llanto,
alimentado por los gritos,
por los ojos,
por las lenguas.
Las bandera está izada,
llena de sangre
flamea la muerte,
los himnos reptan
hacia ella y
las gargantas nuestras se descolocan
para
hacer el amor con los insultos.
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